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¿Cómo Protegerte si te Acusan de un Delito Leve?

El delito leve, algo que le puede pasar a cualquiera.

Cualquiera puede verse denunciado por delito leve.

Los delitos leves pueden incluir una variedad de acciones consideradas menos perjudiciales para la sociedad o menos peligrosas para los individuos, pero que por su cotidianidad puede afectar a muchas personas que no han tenido antes problemas con la ley.

Algunos ejemplos de delitos leves incluyen discusiones con amenazas o pequeñas agresiones, pequeñas faltas de respeto a las autoridades, pequeños hurtos, daños materiales  o altercados etc. En resumen, una mera riña con tu vecino puede acabar con una acusación por delito leve.

En España, los delitos leves son aquellos que se consideran menos graves y están sujetos a penas menores en comparación con los otros tipos de delitos.

Anteriormente, se conocían como faltas, pero con la reforma del Código Penal en 2015, las faltas fueron eliminadas y reemplazadas por los delitos leves.

Las penas para los delitos leves pueden variar, pero generalmente implican multas, trabajos comunitarios etc. Siendo muy extraño que conlleven penas de prisión, en contraste con los delitos más graves que si pueden acarrear esta penas por su mayor gravedad.

La problemática.

El problema de este tipo delitos es que pueden tener menos garantías o mayor probabilidad de una condena para el acusado por su excesiva sencillez.

El sistema penal español se caracteriza por ser altamente garantista, lo que implica que en los procesos judiciales ordinarios, el individuo bajo investigación cuenta con una serie de derechos y protecciones legales. Estos derechos facilitan su defensa y hacen que sea más difícil ser condenado si los hechos no están completamente probados. Sin embargo, en el caso de los procedimientos por delitos leves, que son más simples, muchas de estas garantías se reducen o pasan desapercibidas debido a la naturaleza más ágil y simplificada del proceso.

Así que puede ocurrir que tengas más probabilidades de ser condenado en un delito leve que en otro tipo de delitos, si no te preparas bien el juicio o te confías.

En un procedimiento penal común, hay dos fases, instrucción, que es la investigación de los hechos antes de proceder al juicio y el juicio en si. En cualquiera de estas dos partes el procedimiento está supervisado por un juez, pudiendo incluso archivarse el procedimiento en la instrucción. Además el acusado estás asistido por un abogado, incluso de oficio si no puede costeare uno y el investigado conoce todos los hechos y las pruebas que se van a dirimir en el juicio. En todo caso antes de la vista el acusado conoce que pena le pide el fiscal o la acusación particular.

En cambio, en el delito leve el juzgado ha tenido menos tiempo y dedicación para analizar los hechos, el investigado puede ir al juicio sin abogado, sin saber que pruebas hay contra él o sin saber si quiera que pena se le pide, pudiendo pasar que, lo que en un procedimiento grave o menos grave puede resulta archivado o no probado, si tenga condena en un procedimiento leve.

La solución.

Es muy importante preparar el procedimiento y conocer todo lo que se va a tratar en el juicio. Es recomendable que nos asista un abogado, que nos asesore, estudie el caso, analice las pruebas y nos acompañe al juicio. No es recomendable, como hacen muchos acusados,  presentarse en el juicio solo con la denuncia hecha ante la policía por la persona que nos acusa. Esta es la antesala para salir mal parado, pues puede pasar que surjan hechos o pruebas desconocidos y para los que no se ha preparado defensa o que no son como lo presenta la otra parte.

Por ello, el abogado o el investigado siempre tienen que ir antes del juicio al juzgado de instrucción que lleva el asunto para pedir el expediente y ver que es lo que hay en él y que se va a tratar en el juicio. De no ser así es posible que te presentes en el juzgado sin saber que se va a tratar en el juicio o que pruebas hay contra ti.

Incluso puede pasar, como ya hemos visto en algún caso, que el juzgado ponga reparos a entregar el expediente al investigado. En este caso debemos de exigir la entrega del expediente, pidiendo que se nos ponga por escrito la negativa a entregarlo. Si se niegan de nuevo  debemos redactar y presentar un escrito en el juzgado donde indiquemos que tal día a tal hora se he pedido el expediente y el juzgado se ha negado a entregárnoslo.

Es importante tener acceso al expediente para conocerlo y copiarlo, pues es nuestro derecho constitucional saber de que se nos acusa y que pruebas apoyan dicha acusación. El no facilitarlo podrías hacer decaer al investigado en indefensión, pues como indica el Artículo 24 de la constitución:

1. Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión.

2. Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia.

Conclusión.

La motivación detrás de este artículo surge porque hemos observado repetidamente estas situaciones. Por tanto nos vemos en la necesidad de alertar a los ciudadanos sobre los riesgos que conllevan estos procedimientos si no se abordan adecuadamente.

En algunos casos, esta situación ha dado lugar a recursos de apelación contra la sentencia presentados por el equipo legal de Mediavilla y Sauret abogados, los cuales han resuelto con la anulación del procedimiento.

Si tienes cualquier duda o tienes que enfrentar una acusación por delito leve, no dudas en contactarnos, te podemos ayudar.

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